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¿Cuál es la mejor forma de ahorrar con la calefacción en invierno?

La llegada de la temporada álgida trae consigo un incremento del uso de los equipos de calefacción, mismo que repercute en el consumo energético y por ende, en el importe mensual de la factura energética. Ser cautos es la premisa, afortunadamente existen pautas clave que permiten ahorrar.

Trucos para gastar menos calefacción durante el invierno

El uso de la calefacción dispara el gasto en electricidad, demandando poner en práctica una estrategia que permita maximizar el calor que la caldera genera y así lograr un ahorro significativo en la factura energética.

Si bien todo depende del tipo de inmueble, los hábitos de consumo de sus cohabitantes y la intensidad del frío exterior, de acuerdo a la OCU el uso de calefacción representa al menos el 47% de la factura energética.

Por fortuna, no hace falta pasar frío en invierno para gastar menos en calefacción, todo se limita a seguir ciertas pautas clave si queremos una reducción considerable del importe en la próxima factura.

Desde una inversión que agradeceremos a largo plazo, hasta consejos libres de costos, forman parte de las opciones ¡a tomar nota!

Evitar que el frío se cuele por la envolvente térmica del inmueble

Mantener el calor que aportan los equipos de calefacción es una de los factores claves si queremos ahorrar, requiriendo verificar la existencia de zonas o puentes térmicos que dejen pasar el frío, mismas que suelen encontrarse en los huecos de la fachada tales como:

  • Cajones de persiana carentes de aislamiento térmico, altura y superficie considerable.
  • Puntos de encuentro entre pilares y fachadas, especialmente cuando la hoja interior no dobla.

En este sentido, el reemplazo de ventanas por modelos que aporten mejor aislamiento representa la solución, o en su defecto, el uso de burletes, elementos que también resultarán de ayuda instalados en las puertas al taponar la entrada de aire exterior y contribuir al mantenimiento de la temperatura interior.

El uso de cortinas de color oscuro o alfombras que absorben la radiación solar, es una medida igual de funcional a subir las persianas de ventanas en cuya fachada recaiga el sol, aprovechando así el calor aportado por sus rayos.

Revisar la instalación

El buen mantenimiento de las instalaciones reviste mucho en el gasto energético de nuestro sistema de calefacción en invierno, y es que de cara a su llegada, la regla de oro es solicitar a un profesional que revise la caldera, persona indicada para optimizar su uso y configurarla a favor del máximo rendimiento.      

Asumiendo que la caldera sea muy antigua, merece la pena considerar la opción de reemplazarla, si bien es una medida que demanda gastar, la inversión será prontamente amortizada.

Cuidar los radiadores

El correcto funcionamiento y nivel de eficiencia de los radiadores está estrechamente vinculado a dos puntos básicos: por un lado eliminar las bolsas de aire que limiten el paso del agua caliente, y por el otro evitar taparlos.

Durante los meses de desuso en el verano, los conductos de los radiadores suelen llenarse de aire, por lo que en el primer escenario, la solución es simple, basta con purgarlos y eliminar posibles obstrucciones, de lo contario cada vez consumirá más combustible para alcanzar la temperatura que exige el termostato.

Ahora bien respecto a taparlos, un error recurrente es utilizar los radiadores para secar ropa, colocando las prendas lavadas sobre estos, acción que compromete la circulación del aire, forzando al sistema a generar mayor cantidad de calor para calentar la vivienda, sin apartar que cortaremos el flujo de la corriente de aire.

Mantener estable la temperatura

Entre los errores que más caro pueden salir en la facturación de gas natural durante el invierno, es poner el termostato al máximo para que la casa se caliente rápido llegamos con frío, cuando lo correcto sería poner la calefacción a mediodía a una temperatura baja.

Por media, los expertos recomiendan que la temperatura se mantenga de 16º a 18º durante la noche y de 20º a 21º en el día; es importante considerar que elevar un solo grado del promedio puede incrementar la calefacción hasta en un 7%.

Ventilar la casa en el momento adecuado es otra regla básica –no porque haga frío fuera, debemos dejar de hacerlo– siempre que evitemos perder el calor concentrado, algo que inevitablemente sucede al abrir las ventanas en las horas centrales del día; el horario correcto es a primeras horas de la mañana.

Aislar la puerta de la entrada y cambiar las ventanas

Por la diferencia de temperatura entre tu casa y el exterior suele generarse un corriente de aire que ayuda a escapar el calor (se pierde alrededor del 5%).

Es una buena idea colocar alfombras o esterillas que aíslen un poco la parte inferior de las puertas, especialmente aquellas que dan a la calle o al jardín.

El reemplazo de ventanas es otro método que demanda cierta inversión, pero que conduce al ahorro a mediano plazo; de hecho, no hace falta siquiera una sustitución completa, bastando con cambiar el propio cristal o el marco. El uso de doble cristal evita la pérdida de calor, minimizando el calor requerido para que diferentes estancias alcancen el nivel de temperatura idóneo.

Potenciar la eficiencia del sistema

Las zonas cercanas a los radiadores siempre estarán más calientes, aprovechar esto a favor implica acercar los muebles a ellas y bajando un poco la temperatura. Será indispensable evitar tapar los radiadores, al tiempo que procuramos que su colocación estratégica influya en el flujo del aire caliente.

En cuanto a los radiadores, conviene colocar un radiador bajo la ventana, ubicación que también mejora la distribución del aire pues el frío que entra por la ventana, se encuentra con el caliente potenciando el flujo al encontrarse ambas temperaturas.

La instalación de paneles reflectantes entre el radiador y la pared es una medida adicional que potencia el calor, pues impide que esta última absorba el calor, consiguiendo que en lugar de ello, rebote hacia la habitación.

Vestir con la ropa adecuada

Otro error recurrente que dispara el consumo de calefacción durante la temporada álgida es ajustar el termostato a 25º y andar por la casa como si estuviésemos en verano. La idea no es andar con un pesado e incómodo abrigo, pero tampoco, vestir camiseta y pantalones cortos.

Para los más friolentos, un  par de calcetines bien calientes marca la diferencia sin impactar la factura del suministro ante la necesidad de sumar grados a la temperatura.

¿Cómo programar la calefacción para ahorrar?

Indiscutiblemente, ahorrar en la factura de electricidad demanda un uso racional y programar la calefacción. El cronotermostato es la herramienta idónea para ahorrar hasta un 25% en el servicio sin comprometer el confort.

En líneas generales, hablamos de pequeños dispositivos cuya función es la de programar la calefacción, ofreciendo funciones que van desde encendido/apagado automático, hasta el ajuste de la temperatura en función de las necesidades específicas según el horario, los días de la semana e incluso, las estaciones.

El mercado está plagado sistemas de regulación de temperatura, pudiéndolos encontrar en variedad de precios, algunos de los modelos más modernos ofrecen la ventaja adicional de control remoto, pudiéndolo gestionar desde el equipo móvil y así potenciar la eficiencia del sistema.

Pautas que permite optimizar el funcionamiento de los radiadores

Si bien es sencillo programar los termostatos de la calefacción a fin de que emitan mayor cantidad de calor en los momentos que más lo necesitemos, no debemos olvidar el incremento de consumo de energía que representa cada grado adicional.

El ajuste correcto siempre será aquel en el que programemos en intervalo horario y temperatura, o lo que es igual, que la emisión de calor sea acorde a la requerida en cada momento sin sobrepasar los 20ºC. En lo concerniente a los radiadores las pautas a seguir son:

  • Purgarlos al menos una vez al año: de esta manera eliminamos las bolsas de aire que puedan existir en su interior y que impiden la correcta emisión del calor  
  • Evitar taparlos: secar ropa sobre ellos o cubrirlos con muebles, solo conduce a al sobresfuerzo del sistema, mismo que se traduce a incremento sustancial del gasto energético y por tanto, de la facturación del servicio.
  • Potenciar su efecto con la energía del sol: el descenso de la temperatura durante el invierno obliga a sacar provecho de la mínima radiación solar disponible, subir las persianas para que el sol entre, es la mejor alternativa.  

Consejos para un mejor mantenimiento de las calderas

El estado de la caldera dice mucho del sistema de calefacción, por lo que deberán estar en buen estado desde la toma del conducto de gas haya la entrada y salida de agua, sin olvidar el correcto mantenimiento de la red eléctrica.  Del mismo modo, corroborar los siguientes indicadores:

  • Presión oscilante entre 1 a 1,5 bares como máximo.
  • Temperatura entre 50º y 55ºC para calderas estándar sin diferenciador.
  • Temperatura del agua caliente a 45ºC y de 55ºC para la calefacción en caso de modelos que integren diferenciador.

Está demostrado, la llegada del invierno debe acompañarse de un consumo eficiente si no queremos que el importe a pagar por calefacción termine comprometiendo nuestro presupuesto. En los hogares promedios cerca del 40% del gasto proviene de calefactar la casa, poner en marcha los consejos sugeridos marca la diferencia.

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